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Gente…

June 21, 2007

(Hace tiempito ya escribí estas palabritas a una amiga. El tiempo cambia y pasa, los sentimientos desaparecen o se trasnforman, pero los amigos verdaderos, no son ave de paso, ni se van nunca, siempre vuelven a volar el cielo que hoy nos cobija, siempre están ahí, rondando bien cerquita nuestro, diríamos que casi, casi a un segundo del corazón)

” Mi patria son los amigos. ” Alfredo Bryce Echenique

Ocurre que hay gente que llega y lo llenan todo, en el buen sentido de la palabra. Saben convertir el día en un poema de alegría permanente. Saben implantar su irresistible aura en lo que queremos y deseamos. Se vuelven con facilidad parte de lo que uno es, de la cotidianidad que afrontamos.

Gente, que trae consigo toda la bendición del universo, estampan su cordialidad en el aire que besamos, abrazan por nosotros los confines del amor y nos ofrendan sinceramente todos sus milagros. Gente que ayuda al corazón bombear con mejores latidos, que nos acompañan, solidarios, a combatir cualquiel mal tiempo, siempre con la mejor cara.

Gente cuyo ejemplo nos enseña a decir un no rotundo al ego y a la individualidad, y a decir sí al pluralismo, al acto de incluir en vez de excluir. Gente que encarna la promesa del amor, el toque de la esperanza, con quien andar y desandar el trayecto de la vida se nos hace mucho más amable y soportable, y sin que temamos al futuro incierto que en ella nos aguarde. Gente con quien queremos soñar, tocar las alturas, vivir, ser, reconstruir.

Sucede que…

Cuando ellos están tristes y acorralados, su dolor nos hace fuertes, porque hasta en la oscuridad pueden y saben tendernos un trébol verde de buena voluntad. Cuando están alegres, su felicidad nos contagia, porque irradian voluntad y acción, empuje, pasión, creatividad, dinamismo, magia.
Sucede que…
Si están ausentes, hacen mucha falta y se desea que regresen pronto, y traigan consigo de vuelta, sus lunas y satélites, aquella varita mágica de buenas vibras, sus pétalos de luz, sus poemas y añoranzas, el incienso, el oro y la mirra de esa mano, que nos ha sido y nos será, sin lugar a dudas, verdaderamente amiga.

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A quien pueda interesar.

June 9, 2007

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Juan Luis Guerra: El Hipotecar el Silencio…Para decir la verdad

June 9, 2007

Si de aquí saliera petróleo,
hipotecara el silencio
para decir la verdad
si de aquí saliera petróleo,
pero por más que te exprimo oye,
mamacita, no sale na’.
(“Si saliera Petroleo”—album “Areito” )
Hipotecar el silencio para decir la verdad…es querer no callarse, cuando una injusticia es cometida.
Hipotecar el silencio es tener la valentía de decir lo que se piensa, con dignidad y con respeto.
Hipotecar el silencio es ser ojos, oído y palabra para preservar la justicia, el derecho inalienable de todos a vivir y expresar lo que se piensa sin cortapizas.
Decir la verdad…es atreverse a denunciar los atentos contra el libelo, las acusaciones falsas, el totalitarismo personal o político y el avasallamiento, y el uso inadecuado del poder.
Decir la verdad, porque como dicen los seguidores del Cristo Nazareno(aunque muchos lo dicen y no lo cumplen):
“Y conoceréis la verdad y la verdad os libertará”.
Decir la verdad y permitir que se diga la verdad…es el centro del evangelio. La verdad puede que duela, o puede que no nos guste, pero siempre nos hace libres.
Quien le teme a la verdad del otro, teme que su propia verdad es débil.
“pero por más que te exprimo oye, mamacita, no sale na’.
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Fragilidad

June 2, 2007

“Between us, and Hell or Heaven, there is only life betwregresoeen the two, which is the most fragile thing in the world”. Pascal, Blas.


Si me regalaras un poco de tiempo, dejaría las maletas y no abordaría el próximo tren. Si me dijeras que algo debemos discutir, rompo el boleto  y voy  contigo al parque del andén. Repasaríamos odio por odio, puñalada tras puñalada, la historia que no debió haberse escrito, las cicatrices que nos quedaron en las manos después de dictaminar como maldito, lo vivido y deseado.

Lo dije y no lo creo.

Te dije:

En los mapas se han trazado ya las coordenadas que se hacían necesarias y no hay espacio para otro trópico de cancer, ni otro ecuador imaginable fundiendo en uno, los equinoccios opuestos“.

Sin embargo, te mentía y seguiría mintiendo si te negara que veo desde ya el futuro acercárce con su fauces terribles  recordándome cuán “niño y frágil” me he sentido antes,  lejos de tus senos, lejos de tus humedades, de tu silencio, de tu altivez, de tus locuras.

Mentiría, también, si nombrara tu cariño como un pasatiempo barato, inútil o desechable. Pero, si aún así, te miento…es porque me he convencido que la verdad no puede redargüir del todo la realidad,  y porque la mentira vendría a ser el único mecanismo de defensa que me falta por usar que tú indiferencia no haya derrotado.

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El síndrome Poncio Pilatos

May 26, 2007

por Natalia Martín Cantero, EFE

San Francisco – Los científicos han echado mano de la obra de William Shakespeare para bautizar con el nombre de “efecto Macbeth” la tendencia que, según un nuevo estudio, lleva a las personas a lavarse las manos cuando se sienten culpables. Se sabía desde los tiempos de Poncio Pilatos, el procurador romano que se lavó las manos en aquel histórico gesto con el que quiso distanciarse de la decisión tomada por la muchedumbre, que eligió salvar a Barrabás en lugar de a Jesús. Pero han tenido que pasar 21 siglos para que este gesto intuitivo -el que nos lleva a lavarnos las manos después de haber cometido alguna bajeza- lleve el sello de reconocimiento científico.

Pasar las culpas por agua
De acuerdo con el estudio, publicado la semana pasada en la revista “Science”, los seres humanos tenemos un gran deseo de lavarnos, literalmente, después de haber actuado contra nuestras creencias, como si el agua contribuyese de alguna manera a enjuagar esa parte del cerebro donde se aloja la conciencia.
“La asociación entre la pureza moral y la física ha sido algo dado por hecho durante tanto tiempo que es sorprendente que nadie lo haya probado empíricamente”, dijo Chen-Bo Zhong, investigador de la Universidad de Toronto y coautor del estudio.
A esta necesidad de lavarse las manos, Zhong le ha dado el nombre de “efecto Macbeth”, en honor a la famosa tragedia del dramaturgo inglés en la que Lady Macbeth manipula a su marido para que asesine brutalmente a Duncan, el rey de Escocia, y tiene la ilusión de que, en sus propias palabras, “un poco de agua limpiará esta acción”.
Lo cual, por supuesto, sirve de poco: “Fuera, maldita mancha, fuera” grita Lady Macbeth en una de las líneas más famosas de la tragedia cuando, sonámbula, ve en sus manos unas manchas de sangre que no consigue lavar.
Hace tiempo que los psicólogos saben que cuando la gente actúa en contra de sus propias creencias, sienten la necesidad de compensarlo. Pero lo que no se había estudiado empíricamente hasta ahora es que esta necesidad de compensar se traduce en algo tan físico como lavarse las manos.
En uno de los experimentos con los estudiantes de la Universidad Northwestern, en Illinois, los investigadores dividieron a sus “cobayas” en dos grupos.
A uno de los grupos se le pidió que recordara una acción poco ética que hubieran cometido en el pasado, mientras que al segundo se le pidió hacer una acción ética, como devolver una cartera extraviada.
Posteriormente, los estudiantes pudieron elegir entre dos pequeños obsequios: un lapicero o una toallita húmeda.
El grupo al que se había encargado recordar alguna travesura de la que se arrepintiesen eligió, en doble medida que el otro grupo, la toallita con antiséptico.
En otro experimento, los investigadores encontraron que los miembros del grupo de los “pecadores” daba mucho más valor a productos de limpieza que los del otro.
Aunque no es posible preguntar a Shakespeare por el contenido metafórico de su obra, el actor Liev Schreiber, quien dio vida a Macbeth este verano en el teatro del neoyorquino Central Park, señaló al “The New York Times” que el peso moral del asesinato en la obra fue “agotador”.
Debido a esta presión, señaló Schreiber, los miembros del reparto guardaron cola para ducharse en el propio teatro sin esperar a llegar a casa, como suele ser habitual.
En la tragedia shakesperiana el agua no es suficiente para lavar la mala conciencia que se queda después de asesinar a un rey.
Pero Zhong señala que en la vida real las faltas suelen ser bastante menos graves (del tipo de besar a un hombre casado o hurtar algo en una tienda, indica el investigador), o sea pequeños pecados que caen en el olvido tras pasarlos por agua.

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La maldición de la rosa

May 25, 2007

Como nadie sabe cuando la espina clava, la rosa ríe último y mejor.La naturaleza tiene una manera sabia de vengarse de la rosa, que altiva, se pavonea como la más linda flor en todos los vergeles: y es en la belleza transitoria de sus pétalos, y en lo efímero de su ciclo de vida en relación a otras flores.
El adjetivo “rosa”, se usa en varios lugares latinoamericanos para denominar a ciertas personas a las que se consideran artificiosas y superficiales.
Así en la vida, como en la poesía, la rosa es símbolo de belleza y delicadeza, pero a la vez de frialdad, crueldad y altivez.
Veamos…
“Rosas rojas en la despedida
rosas rojas no tenemos porvenir
maldito amor es un suicidio
tu semilla venenosa
estrangula las ganas de vivir”
Alejandra Guzmán
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Yo supe que la rosa caería
y el hueso del durazno transitorio
volvería a dormir y a germinar:
y me embriagué con la copa del aire
hasta que todo el mar se hizo nocturno
y el arrebol se convirtió en ceniza.
Neruda
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ARTIFICIO
A Vicente Huidobro, que creyó lo contrario.
Rosa, insolada rosa, rosa mala,
rosa negra, rosa sed, rosa oscura,
rosa aire, rosa fuera, rosa dada,
rosa vida, rosa no, rosa insegura.
Rosa sin rosedad, rosa onerosa,
rosa contrariada, rosa nombrada,
rosa eucalipto, ¡ah! la rosa axerosa,
rosa inexistente, rosa increada.
Rosa forzada, la rosa acerada,
rosa percha, rosa atemperada,
rosa batida, rosa malograda,
Rosa como cosa, la rosa yerta,
rosa traída, rosa dibujada,
tú, rosa artificiada, rosa muerta.
Gilberto Hernández Matos
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La rosa
Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898-1984)
Yo sé que estás aquí en mi mano
te tengo, rosa fría.
Desnudo el rayo débil
del sol te alcanza. Hueles,
emanas. ¿ Désde dónde,
trasunto helado que hoy
me mientes ? ¿ Desde un reino
secreto de hermosura,
donde tu aroma esparces,
para invandir un cielo
total en que dichosos
tus solos aires, fuegos,
perfumes se respiran?
¡Ah, sólo allí celestes
criaturas tú embriagas!
Pero aquí, rosa fría
secreta estás, inmóvil;
menuda rosa pálida
que en esta mano finges
tu imagen en la tierra.
 

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De vez en cuando la alegría .

March 20, 2007

De vez en cuando..
Vale la pena reírse de uno mismo y de la propia vida con sus historias amargas, con lo fortuito del camino andado, con los temores que presumiblemente aguardan al doblar la esquina. Degustar el placer de lo efímero, darle la bienvenida a esas “pequeñas cosas” que también pueden proveernos de magia y positivismo cualquier día, cualquier instante.

De vez en cuando…
Es menester abrirnos a la vida, al goce de placeres nuevos, al roce de una mano franca, al silencio, a la aceptación tranquila de un simple masaje al ego, al candor, al buen amor, a la dádiva, al sexo pleno, a la sonrisa de cualquier extraño, a la algarabía de aquella música que nunca nos hemos atrevido a danzar por desidia o timidez.

De vez en cuando…
La alegría insiste en esperar por nosotros allá afuera, y como dice Benedetti, nos tira piedritas, ansiosa por convidarnos a sus misterios y a sus goznes.

PIEDRITAS EN LA VENTANA

De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que esta ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme la cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quien sabe donde quedan mis próximas huellas
ni cuando mi historia va a ser computada
quien sabe que consejos voy a inventar aún
y que atajo hallaré para no seguirlos
está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire mas piedras
abriré la ventana.

Mario Benedetti.
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Lo que está pa’ ti, nada, ni nadie te lo quita?

February 25, 2007

Quedó pendiente conocerte.

Saber como se acomodaría tu pelo al nervioso toque de mis dedos. Saber si en tus ojos viven los deseos que se esperan y se alcanzan. Saber si en tu mano el destino ha marcado la ruta de los sueños por vivir. Saber si en tus labios cabe mi fragilidad, mi silencio, mis dudas, mi dolor. Saber si a tu lado soy ese que soñaste siempre y tú la que mi corazón ha querido desde antaño.

Quedó pendiente recitarte cara a cara mi último poema, la serenata que tanto ensayé para alguna vez enternecerte, el encuentro primero frente al malecón, el día en la playa donde tu cuerpo entre la espuma de las olas y los vaivénes del ensueño, propiciaría la pasión húmeda y el abrazo que no tuviese fin.

No sé si queda aún otra quimera por tejer, otro “cuando seas mía y yo sea tuyo”. Alguna luz en tu mirada que recuerde mis palabras. Alguna promesa no borrada todavía del calendario de los sueños. Yo, sigo suspirando con tu nombre, con aquel primer guiño complice, con tu pelo hecho rizos como el mar, con la fotografía a medio cuerpo que me regalaste. Con tu sonrisa de niña buena , con tu altivez de chiquilla delicada y consentida. Con tus palabras sencillas y dulces, con tu ternura, tu candidez, tu magia.

Que nos queda, amor? El recuerdo desdibujado en la memoria? El enojo, la indiferencia, el deseo de venganza? O el nadie sabe lo que le pertenece hasta que no lo busca y lo arrebata al destino como algo que es y deber ser siempre suyo?

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Retroceso

January 12, 2007

“Añorar el pasado es correr tras el viento.”
Proverbio ruso

Eras, talvez, otra tonada que se silba a medias y en silencio. Un grito ahogado y oculto en los párpados ingenuos, la despedida del rumor de hojas que se llevaban tu nombre.
Pude decir: “no me olvides” y quedé esperando una lágrima que nunca se asomó.
Pude ver, antes de la aurora, cómo te sudarían las manos al decirme: “chao, adiós”, la cara iluminadita de azul pálido, mirada de incierto futuro en esos ojos inmutables.
Por eso y como ya lo venía sospechando desde antes, quise mentírte, ocultarte la rosa que deshojé por ti en mi lecho. La rosa que pensaba regalarte, los poemas torpes ocultando tu nombre, las cartas que llevaban corazones con espadas y que jamás te envié.
Hoy te veo como ayer, cerquita mío, y se descorren como en un sueño casi tecnicolor, un centelleo de recuerdos, las cosas sencillas que contigo fueron y son todavía inolvidables. Así te visualizo, tal como eras: sonrisa, labios, ojo, sombra, mejilla y ángel de pelo-negro.
Talvez algún poeta, en algún lugar desconocido, y en otro cielo que pinta corazones rotos abrazando nubes locas, ya sabe que la luna es la mentira de los débiles, que el desamor quiso hacer huérfano al iluso, ya sabe que la nostalgia se avergüenza del cobarde a su antojo y a su modo, y ya escribe en la corteza de las rocas que han sido envueltas por las algas:

Vale la pena retroceder las manecillas del reloj hacia un tiempo ya vivido?
Correr tras el viento de la aurora en busca del pasado?

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La otra Karen.

November 11, 2006

(Te acuerdas Karen(Athenea? Hace un tiempo, varios meses atrás, te envié por email este comentario)

Veo un cambio auspicioso en la escritura de tus últimos post. Es como otra Karen trasplantada a otro árbol y a otras hojas para acrecentar la sombra que puede dar mejor cobija. Unos versos más sueltos, más profundos, y una lírica mejor lograda.
Puede que como dices: “la vida seguirá siendo lo que es”, pero te has burlado de su trampa y renaces en otros versos como el ave fénix que ha retomado el vuelo hacia el destino que solo sus alas conocen y vislumbran.
Es la misma Karen, pero es otro el arco iris donde ahuyentas el temporal que quiso, pero nunca pudo destruirte. Es otra la lluvia que ha escampado entre tus manos, otro el relámpago que cruza inenarrable en tu corazón de pétalos sensibles.
La otra, pero sin telenovelas, la que desenmadeja telarañas inútiles y sale a la calle: desnuda y, vulnerable, pero invencible.
La Karen que tú soñaste que soñábamos, y que vive ahora en ti para ya, quizás, no irse nunca.

Tus versos ya lo habían predicho: “Y el tiempo se hará largo, girará sobre si mismo y volverá a empezar…”